Los efectos terapéuticos del hidrógeno molecular y sus diferentes métodos de administración como el agua hidrogenada están emergiendo a la vanguardia de la investigación científica. Mientras la ciencia y la medicina luchan constantemente contra enfermedades tan diversas como enfermedades cardiovasculares, la enfermedad de Parkinson, Alzheimer, demencia, diabetes, osteoporosis, inflamaciones crónicas o la hipertensión, paralelamente y también de manera incansable, existe la búsqueda de un método sencillo y natural para prevenir todas estas dolencias y también minimizar y disminuir el proceso de envejecimiento.
¿Qué es el hidrógeno molecular?
Según la Molecular Hydrogen Institute, cuanto más se investiga y más se acumulan estudios sobre el hidrógeno molecular, este parece tener propiedades excepcionales. Un artículo de revisión de la calidad 2010 sobre el hidrógeno molecular, publicado en Free Radical Research, declaró:
“No es una exageración decir que el impacto del hidrógeno en la medicina terapéutica y preventiva podría ser enorme en el futuro”.
Ya en 1975, los departamentos de Biología y Química de la prestigiosa Universidad de Baylor y Texas publicaron un interesante artículo sobre usos potenciales del hidrógeno molecular en la medicina. Sin embargo, no fue hasta 2007, cuando se publicó un artículo en Nature Medicine, una de las revistas médicas más importantes del mundo, que mostraba las propiedades antioxidantes selectivas y la actividad anti apoptótica del hidrógeno molecular, alimentando el interés del sector biomédico acerca del potencial terapéutico del hidrógeno.
Antes de 2007, sólo se publicaron 50 artículos sobre el hidrógeno como terapia medicinal, en comparación con los más de 4000 artículos publicados en los últimos quince años. Quizás la principal razón por la que sólo recientemente el hidrógeno molecular está siendo reconocido como una molécula terapéutica es debido al escepticismo científico ya que es difícil creer que el hidrógeno molecular diatómico pueda tener efectos terapéuticos porque generalmente se considera que es un gas inerte.
El mecanismo de acción del hidrógeno molecular y el agua hidrogenada presentan la gran virtud de difundirse fácilmente en los compartimentos subcelulares y llegar donde otros antioxidantes no pueden hacerlo eliminando de esta manera los radicales de oxígeno citotóxicos, protegiendo así el ADN, el ARN y las proteínas del estrés oxidativo. El hidrógeno molecular también activa la regulación positiva de enzimas antioxidantes adicionales como por ejemplo glutatión, superóxido dismutasa, catalasa, etc.) así como proteínas citoprotectoras del cuerpo.
El hidrógeno molecular puede ser una molécula que puede alterar la señalización celular, el metabolismo de 10 células y la expresión génica. Como resultado produce efectos antiinflamatorios, antialérgicos y anti apoptóticos (o anti-muerte celular).
También se ha descubierto que las aguas “curadoras” o “curativas” documentadas en localidades como Nordenau (Alemania), Tlacote (México) y Hita Tenryosui (Japón), contienen gas de hidrógeno disuelto. La existencia de hidrógeno molecular en estos manantiales podría ser el resultado de la reacción del agua con los metales alcalinotérreos o de las bacterias productoras de hidrógeno molecular y algas.
El hidrógeno molecular tiene una historia intrigante. Se podría decir que es el padre de todos los elementos del universo, y que, junto con el oxígeno, ha estado intrínsecamente involucrado con la evolución de la vida tanto en procariotas como en eucariotas (por ejemplo, hidrogenasas, hidrogenosomas, mitocondrias, etc.). Son los extremos de oxígeno e hidrógeno los que proporcionan equilibrio entre la oxidación y la reducción, fenómeno vital para la vida. No es sorprendente que esta relación íntima de oxígeno e hidrógeno se haya mantenido con organismos superiores, incluyendo plantas, animales y seres humanos. Sin embargo, hasta hace poco, la investigación sólo se había centrado en la importancia y la toxicidad del oxígeno descartando el papel del hidrógeno por completo.