El colesterol HDL y el colesterol LDL son dos tipos de lipoproteínas, una combinación de grasas y proteína. Los lípidos necesitan unirse a las proteínas para poder moverse a través de la sangre. El HDL y el LDL tienen funciones diferentes:
HDL son lipoproteínas de alta densidad, el conocido como “colesterol bueno». Transporta el colesterol de otras partes del cuerpo hasta el hígado para que éste pueda eliminarlo.
LDL significa lipoproteínas de baja densidad, el “colesterol malo». Un nivel alto de LDL lleva a una acumulación de colesterol en las arterias.
El alto nivel de colesterol LDL en sangre, junto a otras sustancias, forma una placa. Cuando ésta se acumula en las arterias del corazón puede provocar una enfermedad conocida como arteriosclerosis. Las arterias se endurecen y se estrechan disminuyendo o bloqueando el flujo de sangre y, como consecuencia, dificultando el transporte de oxígeno al corazón. Esto puede causar angina de pecho o, si el flujo de sangre se bloqueara completamente, infarto.
El hidrógeno molecular H2 , es el elemento químico más ligero y abundante. Se considera un nuevo antioxidante capaz de reducir el estrés oxidativo. El gas de hidrógeno molecular está a la vanguardia de la investigación de gases medicinales terapéuticos.
La evidencia acumulada en una variedad de campos biomédicos demuestra que el agua hidrogenada puede actuar como una estrategia terapéutica factible en diferentes enfermedades. Se conoce que el hidrógeno molecular es un donador de electrones y que, por lo tanto, tiene una capacidad reductora de los radicales libres. Los efectos beneficiosos del hidrógeno en diferentes modelos de enfermedad dependen, en gran medida, de sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antiapoptóticas.
Este estudio pretende mostrar los efectos del H2 en los niveles de colesterol. Su objetivo era estudiar los efectos del hidrógeno molecular sobre las propiedades funcionales del colesterol HDL en 20 pacientes con síndrome metabólico potencial, una serie de condiciones que nos pueden poner en riesgo de desarrollar algún tipo de enfermedad cardiaca y diabetes tipo 2.
Los sujetos consumieron entre 450 y 500 ml de agua rica en H2 dos veces al día. Las muestras de sangre se recogieron al inicio y después de 10 semanas bebiendo agua con H2. El análisis de suero mostró que el consumo de agua hidrogenada durante 10 semanas disminuyó los niveles séricos de colesterol total. Además, se probó que el hidrógeno molecular mejora significativamente la función “desatascadora” del HDL.
En conclusión, la suplementación con agua hidrogenada parece disminuir los niveles séricos de LDL, mejorar las funciones HDL y reducir el estrés oxidativo. Es decir, puede tener un papel beneficioso en la prevención del síndrome metabólico potencial.